Este blog persigue la fuerte intención de declarar como Octava y Novena Maravillas del Mundo al Demetrio Elíades y al Palacio Cosmos, mejor conocidos como los edificios Havanna y Pepsi/Philips. ¿Por qué? Por romper, con sus apariciones, de una manera muy violenta la skyline del Boulevard Marítimo de la Ciudad de Mar del Plata. Por ser íconos de un destino argentino que -a algunos más, a algunos menos- marcó a fuego parte de la infancia. ¿Qué tiene, por ejemplo, la torre Eiffel o el Cristo Redentor que no tengan ellos? Pasen, lean y voten.
lunes, 5 de mayo de 2008
Allá a lo lejos...
Habrá que hacer un poco de historia -porque toda leyenda la tiene- y decir que en los albores de la década del ’50 comenzó un capítulo inédito en la construcción de “edificios altos” en la Argentina. “El notable crecimiento de Buenos Aires luego de la reglamentación de los edificios en torre, coincidió con el hecho de que otra ciudad de Argentina pasó a competir palmo a palmo con la capital de la Nación. Ese fue el caso de Mar del Plata, la que era desde hacía ya varias décadas el principal destino turístico de los porteños”, dice Leonel Contreras, en su libro "Rascacielos porteños, Historia de la Edificación en altura en Buenos Aires 1580-2005". De hecho, agregamos, las edificaciones marplatenses del ‘60 contaban con mayores pisos y mayor altura que los que se elevaron en Buenos Aires en la misma época.
Los registros datan que entre 1950 y 1970 se construyó en “La Feliz” más del 50 por ciento del parque habitacional actual. “La transformación de la fisonomía urbana marplatense comenzaría en la zona de la Avenida Colón y la plaza homónima, extendiéndose luego a todo el centro”, puede leerse en el texto de Contreras.
Aquellos fanáticos marplatenses se deleitarán con el siguiente dato: uno de los primeros edificios altos de la ciudad fue el edificio Edén (para que se sitúen, se halla frente a la Plaza Colón, en la esquina de Bolívar y Buenos Aires), que empezó a levantarse en 1958 y se concluyó en 1962. De edificación plana en forma de L por sobre la que se elevan dos torres, está unido ¡por un pasadizo! (eso es glam). De 25 pisos, su altura total es de 88 metros.
Dicha obra es creación de un arquitecto que, con los años, daría que hablar: Juan Antonio Dompé. Pronunciar su nombre es esbozar el del ideólogo de las dos majestuosidades que, desde aquí, proclamamos Maravillas del Mundo: el edificio Demetrio Elíades y el Palacio Cosmos. O mejor dicho, el Havanna y el Pepsi (o Philips).
Habrá que hacer un poco de historia -porque toda leyenda la tiene- y decir que en los albores de la década del ’50 comenzó un capítulo inédito en la construcción de “edificios altos” en la Argentina. “El notable crecimiento de Buenos Aires luego de la reglamentación de los edificios en torre, coincidió con el hecho de que otra ciudad de Argentina pasó a competir palmo a palmo con la capital de la Nación. Ese fue el caso de Mar del Plata, la que era desde hacía ya varias décadas el principal destino turístico de los porteños”, dice Leonel Contreras, en su libro "Rascacielos porteños, Historia de la Edificación en altura en Buenos Aires 1580-2005". De hecho, agregamos, las edificaciones marplatenses del ‘60 contaban con mayores pisos y mayor altura que los que se elevaron en Buenos Aires en la misma época.
Los registros datan que entre 1950 y 1970 se construyó en “La Feliz” más del 50 por ciento del parque habitacional actual. “La transformación de la fisonomía urbana marplatense comenzaría en la zona de la Avenida Colón y la plaza homónima, extendiéndose luego a todo el centro”, puede leerse en el texto de Contreras.
Aquellos fanáticos marplatenses se deleitarán con el siguiente dato: uno de los primeros edificios altos de la ciudad fue el edificio Edén (para que se sitúen, se halla frente a la Plaza Colón, en la esquina de Bolívar y Buenos Aires), que empezó a levantarse en 1958 y se concluyó en 1962. De edificación plana en forma de L por sobre la que se elevan dos torres, está unido ¡por un pasadizo! (eso es glam). De 25 pisos, su altura total es de 88 metros.
Dicha obra es creación de un arquitecto que, con los años, daría que hablar: Juan Antonio Dompé. Pronunciar su nombre es esbozar el del ideólogo de las dos majestuosidades que, desde aquí, proclamamos Maravillas del Mundo: el edificio Demetrio Elíades y el Palacio Cosmos. O mejor dicho, el Havanna y el Pepsi (o Philips).
Demetrio Elíades
Tres años (1966-1969) se tardaron para levantar la mole que lleva en su cabecera el cartel luminoso de la marca de alfajores Havanna (que, a propósito, debe ser la de más permanencia en la ciudad y verlo destellar por las noches es un deleite para cada fanático). El Demetrio Elíades, con 125 metros, es el edificio más alto de Mar del Plata. Mejor aún, en la época de su “nacimiento”, era el segundo más alto del país, luego del edificio Alas y superando al Kavanagh. Hoy, el Demetrio Elíades se ubica 281º entre los rascacielos más importantes de todo el mundo.
Tres años (1966-1969) se tardaron para levantar la mole que lleva en su cabecera el cartel luminoso de la marca de alfajores Havanna (que, a propósito, debe ser la de más permanencia en la ciudad y verlo destellar por las noches es un deleite para cada fanático). El Demetrio Elíades, con 125 metros, es el edificio más alto de Mar del Plata. Mejor aún, en la época de su “nacimiento”, era el segundo más alto del país, luego del edificio Alas y superando al Kavanagh. Hoy, el Demetrio Elíades se ubica 281º entre los rascacielos más importantes de todo el mundo.
La torre, situada en la esquina sudoeste del Boulevard Marítimo y José de Olavarría, fue proyectada por Dompé en un terreno de 1.458 m2. La empresa DELCO SCA la construyó desarrollando un complejo sistema: el esquema consta de dos subsuelos con máquinas, planta baja con local de la firma de alfajores (aunque en la esquina de éste, se ubica de forma polémica un negocio Balcarce) y 39 pisos con 7 departamentos cada uno. “En cada uno de los pisos hay un departamento de un ambiente; dos de dos ambientes; dos de dos ambientes y dependencias de servicio; y dos de tres ambientes y dependencias de servicio. Todos ellos tienen vista al mar”, reza en el libro de Contreras. ¿El valor agregado del Demetrio Elíades? Su delgadez, su altura y su ubicación desafía los coeficientes constructivos de su época y las desavenencias de la naturaleza (es una zona de fuertes vientos, además del deterioro que ocasiona la cercanía del mar).
Palacio Cosmos
Para la inauguración del Havanna, Dompé, visionario absoluto, ya podía enorgullecerse de otra creación de esas que quedan en la historia. En 1964 había terminado el edificio que primero llevó la publicidad de Pepsi, luego la de Philips, para luego volver a tener Pepsi. El Palacio Cosmos, de 119 metros, está situado en la esquina sudeste de la Avenida Colón y Sarmiento. Se compone de dos subsuelos y dos entrepisos para guardacoches, planta baja con locales para negocios y 35 pisos con 8 departamentos cada uno, todos con vista al exterior.
Para la inauguración del Havanna, Dompé, visionario absoluto, ya podía enorgullecerse de otra creación de esas que quedan en la historia. En 1964 había terminado el edificio que primero llevó la publicidad de Pepsi, luego la de Philips, para luego volver a tener Pepsi. El Palacio Cosmos, de 119 metros, está situado en la esquina sudeste de la Avenida Colón y Sarmiento. Se compone de dos subsuelos y dos entrepisos para guardacoches, planta baja con locales para negocios y 35 pisos con 8 departamentos cada uno, todos con vista al exterior.
¿El valor agregado del Palacio Cosmos? Su particular diseño en forma de L. ¿Cuántos edificios se vieron así?¿El rumor? En la actualidad, el Palacio Cosmos no cuenta con publicidad en su terraza, lo cual le quita un sello importante de su personalidad. El hermano mayor del Havanna cerró sus ojos, según dicen, porque Pepsi terminó de mala manera con el consorcio del edificio por causas que se desconocen.
Postales para el deleite
La Bristol desolada, irrumpen en su soledad el Demetrio Elíades y el Palacio Cosmos.
El Palacio Cosmos, visto desde el Demetrio Elíades.
La prueba de cómo el Havanna rompe la skyline de Mar del Plata.
No podía faltar, de noche, con el letrero de Havanna encendido
(cómo te extrañamos Palacio Cosmos).
Prueba aérea de cómo rompen la skyline.
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